La temporada de exámenes puede ser estresante para los estudiantes, pero no tiene por qué serlo. Con las herramientas, los hábitos y la mentalidad adecuados, estudiar puede ser más productivo e incluso agradable. Luli Podesta y Charlie Leung, estudiantes de 8.º de Primaria, asistieron recientemente a un taller de estudio y compartieron valiosos consejos de repaso que ayudan a los estudiantes a prepararse para los exámenes con confianza y eficiencia. Tanto si estás empezando a prepararte como si estás en pleno proceso de repaso, estas técnicas están diseñadas para adaptarse a todos los estilos de aprendizaje y preferencias personales.
1. Identifica tu estilo de aprendizaje
Cada estudiante aprende de forma diferente. Algunos absorben mejor la información escuchando y leyendo, mientras que otros aprenden mejor con recursos visuales y técnicas prácticas. Durante el taller, se animó a los estudiantes a realizar un test de estilo de aprendizaje para determinar si eran aprendices verbales o visuales. Esta comprensión les permite adaptar sus métodos de estudio a sus fortalezas, haciendo que el repaso sea más efectivo y menos frustrante.
Si no estás seguro de tu estilo de aprendizaje, prueba a realizar un test en línea o reflexiona sobre tus experiencias de aprendizaje pasadas. ¿Recuerdas mejor las cosas cuando las lees o cuando ves un diagrama? ¿Prefieres tomar notas o crear mapas mentales coloridos? Comprender cómo aprendes mejor es el primer paso para dominar la preparación para los exámenes.
2. Utilice los materiales y herramientas adecuados
Una vez que hayas identificado tu estilo de aprendizaje, asegúrate de usar materiales que te funcionen. Quienes aprenden de forma verbal deberían centrarse en apuntes estructurados, leer libros de texto y escribir resúmenes. Las tarjetas didácticas, las listas de vocabulario y los exámenes anteriores también pueden ser muy útiles. Por otro lado, quienes aprenden de forma visual podrían beneficiarse del uso de mapas mentales, gráficos con códigos de colores, ilustraciones y explicaciones en vídeo.
Las herramientas digitales, como las apps de estudio o el software que facilita la organización de apuntes (como Notion, Quizlet o GoodNotes), pueden mejorar tu repaso y ayudarte a mantenerte motivado. La clave es mantener tus recursos variados y alineados con tu forma de procesar y retener mejor la información.
3. Elige tu entorno de estudio ideal
El entorno de estudio influye enormemente en la productividad de las sesiones. Algunos estudiantes necesitan silencio absoluto para concentrarse, mientras que a otros les resulta útil la música de fondo o el ruido ambiental. Algunos trabajan mejor solos, mientras que otros prefieren estudiar en grupo para poder debatir y aprender conceptos.
Es importante probar diferentes entornos y determinar qué te ayuda a concentrarte. Intenta estudiar en una biblioteca, en tu habitación o en una cafetería tranquila. Usa auriculares con cancelación de ruido si necesitas silencio o escucha música instrumental a bajo volumen si eso te mantiene con energía. Busca el entorno que te permita estar más concentrado y sin distracciones.
4. Comprende tus factores desencadenantes de concentración
Saber qué te ayuda a mantener una mentalidad enfocada es crucial. Para algunos, esto significa programar un cronómetro y trabajar en intervalos cortos usando la Técnica Pomodoro (25 minutos de trabajo seguidos de un descanso de 5 minutos). Para otros, podría ser empezar con una tarea sencilla para ganar impulso o usar movimiento físico, como estiramientos o una caminata corta, para restablecer la concentración.
Experimenta con diferentes estrategias hasta encontrar la que funcione. Recuerda, la concentración es como un músculo: cuanto más la entrenas, más fuerte se vuelve. Con el tiempo, te resultará más fácil mantenerte presente y evitar distracciones.
5. Planifique con anticipación y manténgase organizado
La gestión del tiempo es una de las habilidades más importantes durante la temporada de exámenes. Empieza por crear un horario claro que incluya las fechas de los exámenes, las fechas límite de las tareas y tus objetivos personales. Divide las asignaturas en bloques más pequeños y manejables y programa bloques de estudio cada día. No olvides incluir descansos, ejercicio y tiempo de relajación para mantener la mente fresca.
Cuando recibas el horario de tu examen, haz una lista de verificación para cada asignatura. ¿Qué temas necesitas repasar? ¿En qué áreas te sientes seguro y cuáles requieren más trabajo? Prioriza según corresponda. Un plan bien estructurado ayuda a reducir la ansiedad, garantiza la cobertura completa del temario y evita que te mates a última hora.
6. Practique regularmente y haga un seguimiento del progreso
La práctica es clave para dominar cualquier materia. Usa exámenes anteriores, simulacros de examen y cuestionarios cronometrados para simular situaciones reales de examen. Esto no solo reforzará tu comprensión, sino que también mejorará tu gestión del tiempo y reducirá la ansiedad ante los exámenes. Lleva un registro de tus calificaciones, reflexiona sobre lo que salió bien e identifica áreas de mejora.
Establecer pequeños hitos, como dominar un tema o obtener una mejor puntuación en un examen de práctica, te dará una sensación de progreso y te mantendrá motivado. ¡No olvides celebrar esos logros!
7. Cuida tu bienestar
Por último, no descuides tu bienestar físico y mental. Asegúrate de dormir lo suficiente, comer alimentos nutritivos y mantenerte hidratado. Un cuerpo sano favorece una mente sana, esencial para el aprendizaje y la retención de la memoria. Si te sientes abrumado, habla con alguien: un profesor, un padre o un amigo. No estás solo.
Conclusión
Los exámenes pueden ser desafiantes, pero con un enfoque de estudio personalizado, un entorno de apoyo y hábitos constantes, todos los estudiantes pueden tener éxito. Empieza temprano, planifica con inteligencia y presta atención a tus propias necesidades de aprendizaje. Con estas estrategias, la temporada de exámenes no tiene por qué ser estresante; puede ser empoderadora.